Recomendaciones para tener una casa 'a prueba de niños' y evitar accidentes durante cuarentena

Durante este tiempo de aislamiento, nos ha tocado enfrentar el gran desafío de estar atentos a muchas cosas como padres y madres, además de poner sumo cuidado a realizar nuestro trabajo. Por lo tanto, la supervisión de nuestros hijos ha tenido que intensificarse al máximo para evitar algunos desastres propios de su edad.

 “Si tenemos a madres y padres ocupados en mil cosas, es probable que los niños se enfrenten a más situaciones de riesgo, ya que es muy difícil trabajar y a la vez proporcionar una supervisión adecuada”, comenta la psicóloga infantil Karina Navarro.

Lo que debemos considerar todo el tiempo es el exceso de energía que tienen nuestros niños al estar encerrados, por lo que las situaciones difíciles y peligrosas se vuelven mas probables a suceder. Importante entonces resulta el tenerlos supervisados todo el tiempo.

- Lo ideal es que, si hay varios adultos en casa, se hagan turnos de cuidado. “La supervisión es la mejor manera de prevenir lesiones por accidente”, comenta Navarro.

En caso de no ser posible, se debe intentar tener una casa ‘a prueba de niños’.

- Debemos mover los muebles estratégicamente para tener espacios libres donde ellos puedan jugar cómodamente, evitando golpearse, caerse o recibir daños.

- Ajustar a las paredes los muebles, repisas, televisores.

- Retirar objetos pequeños que puedan ser tragados o ingeridos, así como las sustancias peligrosas para ellos: medicamentos, productos de limpieza, venenos.

- Las ventanas deben tener mallas de seguridad.

También podemos hacer con ellos lo que se conoce como psicoeducación, es decir, mediante ejemplos explicarles los riesgos que corren al hacer ciertas cosas. Por ejemplo: ‘si te trepas en ese mueble, es posible que se caiga y eso te va a doler’. Una especie de causa-efecto”, explica Navarro.

La rutina también ayuda, porque los ordena y de esta manera están menos ansiosos. Idealmente incorporar algunos ejercicios como el baile, que les ayuda a botar energía y terminar con ejercicios de relajación. Esto se debería repetir dos veces al día, y aprovechar ese mismo espacio para conversar con ellos, porque muchas veces hablar sobre sus emociones les ayuda a bajar el estrés y como consecuencia de eso evitar algunos accidentes”, concluye la psicóloga.